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Dice Jesús en Imitación de Cristo:

Encamina todos tus esfuerzos, deseos y oraciones al fin de despojarte de todo apego.

Entonces se desvanecerán todas las vanas imaginaciones, las perturbaciones malas, y las preocupaciones por uno mismo superfluas. Entonces también desaparecerá el temor excesivo y morirá el amor desordenado.

Hijo, con diligencia debes mirar que en cualquier lugar y en toda ocupación exterior, estés muy dentro de ti, libre y señor de ti mismo; y que todas las cosas y problemas estén debajo de ti; y no tú debajo de ellas. Para que seas señor y director de tus obras, no siervo ni un pobre esclavo.

Todas estas palabras nos re-enforzan que Dios nos quiere libres no esclavos, libres de apegos, ego y vanidades para poder ver la luz Dios, para poder disfrutar la paz y la alegría de los que no están encadenados ni a si mismos por su ego ni al mundo que nos rodea.

Con tristeza he visto cómo en un intento por ganar clientes y aceptación de la gente algunos psicólogos hacen lo que algunos papás o la mamás divorciados hacen con sus hijos al llenarlos de puros dulces, no corregirlos en nada y mimarlos de más para que dejen de amar al otro papá o mamá  Hacen que los hijos tomen preferencia por el que no los educa ni les exige nada y solo los llena de dulces, regalos y todo tipo de permisividad.

Estos psicólogos y consejeros desviados consienten a sus oyentes diciéndoles que tienen que fijarse mucho en si mismos “levantarse su autoestima”, alabarse, quererse de más, incluso al grado de ignorar a los demás y volverse ególatras…

Palabras de comercialismo para ganar seguidores sensualistas y hedonistas, para  vender sus libros y videos que están dañando a las personas.

Por supuesto que debemos amarnos a nosotros mismos CON UN AMOR SANO, no ególatra ni egoísta ni exagerado porque entonces de ser bueno pasa a ser veneno. (De hecho, los que se aman sanamente están felices con ellos mismos y ni siquiera necesitan o desean estar pensando en ellos todo el tiempo.)

Es esa exageración de amor propio lo que ha hundido en el aislamiento, la soledad y el egoísmo a tantos niños, jóvenes y adultos... y vean las consecuencias...

La persona espiritualmente sana no vive para si misma sino para Dios, tiene muy claro el sentido de su vida por eso se levanta con alegría a desarrollar su vocación cada día. Pone en práctica lo que les hemos enseñado en Misioneros Del Amor de Dios sobre cuál es el sentido de la vida de acuerdo al plan de Dios: VENIMOS A ESTE MUNDO PARA SER FELICES HACIENDO FELICES A LOS DEMÁS CON LOS TALENTOS QUE DIOS NOS DIO.

Con razón decía Jesús en Mateo 16:25Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará.