Sí ya lo se. Casi todos andamos buscando quien nos haga feliz, quien nos ame, quien nos de importancia, cosas materiales o placeres que me hagan feliz.
Debemos entender de una vez por todas. Lo único que las criaturas pueden darte es o alegrones o desilusiones pero no felicidad.
Por qué? Porque la fuente de la felicidad de los hijos de Dios es Dios mismo. Somos como el pez que fue hecho para el agua, sin ella nunca será completamente feliz y más bien terminará muriendo. Igual nosotros sin Dios.
si te buscas tu descanso y ganancias en otros, muchas veces sentirás daño: si en todo buscas a Jesús, hallarás de verdad a Jesús: mas si te buscas a ti mismo, también te hallarás, pero para tu daño. Pues más se daña el hombre a sí mismo, si no busca a Jesús, que todo el mundo y todos sus enemigos le pueden dañar.
Capítulo VIII: De la familiar amistad con Jesús.
1. Cuando Jesús está presente, todo es bueno, y no parece cosa difícil: mas cuando está ausente, todo es duro. Cuando Jesús no habla dentro, vil es la consolación: mas si Jesús habla una sola palabra, gran consolación se siente. ¿No se levantó María luego del lugar donde lloró, cuando le dijo Marta: El Maestro está aquí y te llama? ¡Oh bienaventurada hora, cuando el Señor Jesús llama de las lágrimas al gozo del espíritu!
Una sola palabra de Jesús dentro de tu corazón es suficiente para darte la consolación y sanación que necesitas cuando te sientes desolado por los problemas de la vida.
¡Cuán seco y duro eres sin Jesús! ¡Cuán necio y vano si codicias algo fuera de Jesús!
De verdad Jesús nos cambia el corazón, nos cambia nuestra manera de pensar y nuestra manera de ser; siempre para bien nuestro y de los que nos rodean.
2. ¿Qué puede dar el mundo sin Jesús? Estar sin Jesús es grave infierno: estar con Jesús es dulce paraíso. Si Jesús estuviere contigo, ningún enemigo podrá dañarte. El que halla a Jesús, halla un buen tesoro, y de verdad bueno sobre todo bien. Y el que pierde a Jesús pierde muy mucho, y más que todo el mundo. Pobrísimo es el que vive sin Jesús, y riquísimo es el que está bien con Jesús.