APOSTANDO NUESTRA SALVACIÓN O CONDENACIÓN ETERNA
Así viven muchos.
Los que dicen: Escojo mis creencias religiosas libertinas por sobre las que me hacen sentirme incómodo por mis pecados o mi frialdad espiritual.
Los que dicen: Prefiero congregarme en una iglesia donde me digan que estoy bien y que al cabo Jesús paga por mis pecados por sobre otra iglesia que me diga que debo convertirme para recibir la salvación y el Reino de Dios.
Los que dicen yo ya cumplí con Dios porque fui a un servicio rápido o cómodo el domingo en mi iglesia.
Los que dicen, todos viven así, como yo, al cabo que Dios es tan bueno que quiero creer que no condenará a nadie.
Adán y Eva creyeron más en sus propias convicciones inspiradas por el diablo que en lo que Dios les había dicho...
Caín prefirió satisfacer sus celos aunque se condenara por su pecado...
Judas creyó que era mejor traicionar a Jesús por un poco de dinero que seguirlo y ser obediente y humilde...
Y tanta gente prefiere arriesgar su salvación eterna aunque en el fondo saben que se están engañando con sus ideas religiosas contrarias a las enseñanzas de Cristo...
2Timoteo 4:3 Porque va a llegar el tiempo en que la gente no soportará la sana enseñanza; más bien, según sus propios caprichos, se buscarán un montón de maestros que solo les enseñen lo que ellos quieran oír.
:4 Darán la espalda a la verdad y harán caso a toda clase de cuentos.
:5 Pero tú conserva siempre el buen juicio, soporta los sufrimientos, dedícate a anunciar el evangelio, cumple bien con tu trabajo.
2Timoteo 2:3 Toma tu parte en los sufrimientos como un buen soldado de Cristo Jesús.
:4 Ningún soldado en servicio activo se enreda en los asuntos de la vida civil, porque tiene que agradar a su superior.
:5 De la misma manera, el deportista no puede recibir el premio, si no lucha de acuerdo con las reglas.