Desde que nacemos todos necesitamos del apoyo de otras personas para sobrevivir, de personas que nos ayuden en esta vida, personas en las que podamos confiar lo más posible.
Esto es bueno cuando somos niños y si tenemos unos padres buenos, normales, aunque no sean perfectos.
Luego vamos creciendo y nos independizamos de ellos, queremos ser autosuficientes (pero solo de ellos) porque dejamos de confiar en los papás y comenzamos a confiar en los compañeros de la escuela, en las personas de las redes sociales, en los artistas y personas famosas admiradas por el mundo. En realidad nunca dejamos de confiar en otras personas y de necesitar confiar en otros.
El problema es que no importa en quien confiemos de este mundo nadie es perfecto y unos nos llevarán en una dirección y otros en otra; muchos de ellos para su propia conveniencia y no la nuestra.
Es después de abrir los ojos a las desilusiones de la vida y de las personas que nos damos cuenta que todos tarde o temprano fallamos y nos fallan. Entonces nos damos cuenta que solo Dios es 100% confiable e infalible y nunca nos abandonará, solo él y sus servidores nos sostendrán en esta vida y él nos llevará a la vida y el gozo eterno si somos de él, si aceptamos ser ovejas de su rebaño y lo obedecemos.
Dice el libro Imitación de Cristo:
CAPÍTULO LIX: TODA LA ESPERANZA Y CONFIANZA SE DEBE PONER EN SÓLO DIOS.
El Alma:
1. Señor, ¿cuál es mi confianza en esta vida? o ¿cuál mi mayor contento de cuantos hay debajo del cielo? Por ventura ¿no eres Tú mi Dios y Señor, cuyas misericordias no tienen número? ¿Cuándo me ha ido bien sin Ti? o ¿cuándo me ha ido mal estando Tú presente? Prefiero ser pobre por Ti, que rico sin Ti. Por mejor tengo peregrinar contigo en la tierra, que poseer sin Ti el cielo. Donde Tú estás, allí está el cielo, y donde no, el infierno y la muerte. A Ti se dirige todo mi deseo, y por eso no cesaré de orar, gemir y clamar en pos de Ti. En fin; yo no puedo confiar cumplidamente en alguno que me ayude oportunamente en mis necesidades, sino en Ti solo, Dios mío. Tú eres mi esperanza y mi confianza; Tú mi consolador y el amigo más fiel en todo.
2. Todos buscan su interés, Tú buscas solamente mi salud y mi aprovechamiento, y todo me lo conviertes en bien. Aunque algunas veces me dejas en diversas tentaciones y adversidades, todo lo ordenas para mi provecho; que sueles de mil modos probar a tus escogidos. En esta prueba debes ser tan amado y alabado, como si me colmases de consolaciones espirituales.