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¡RESUCITÓ!!! En esta palabra se resume todo:

Cuando más oscura estaba la noche más brillante iluminó la nueva y eterna luz, cuando la muerte ya celebraba su triunfo fue derrotada, cuando más desilusionados y devastados estaban los apóstoles y las mujeres seguidoras de Cristo, fue cuando vieron al Señor RESUCITADO.

La derrota se convirtió en triunfo, la muerte en vida, la tristeza en alegría y el llanto en risas y saltos de júbilo…

Después de todo Cristo jamás nos engañó, más bien no lo entendimos cuando nos hablaba; Jesús nos decía la verdad pero no supimos comprenderlo, sí, hubo una cruz que nos confundió y destrozó, una cruz que lo llevó a la muerte, pero gracias a su muerte que pagó por nuestros pecados ahora hay redención y salvación para todos, y gracias a la resurrección hay ahora vida eterna para todos.

Las puertas del cielo están abiertas para los que acepten a Cristo y lo sigan; Ya no hay pretexto para vivir en tinieblas, ya o hay pretexto para vivir en pecado, ya no hay pretexto para vivir en confusión, sin sentido, en el error.

Cristo nos decía la verdad, él es el camino, la verdad y la vida; la vida para todo el que se disponga y la quiera recibir.

El domingo de resurrección muy de mañana en cuanto comenzó a amanecer María Magdalena y María la madre de Santiago (Marcos 16) fueron al sepulcro a ungir con perfumes el cuerpo “muerto” de Jesús como acostumbraban los judíos, se trataba de retrasar lo más posible la putrefacción y el mal olor de un cuerpo muerto, era una forma de respeto y amor por el difunto, Las mujeres querían seguir ofreciendo al cuerpo de Jesús los cuidados que pudieran ofrecer. Su dolor era grande pero su amor por Jesús también.

Qué sorpresa se llevaron al encontrar la tumba vacía y a un ángel que les decía no está aquí, vayan y den el aviso a los discípulos de que Jesús está vivo; (Mateo 28).

Su corazón les brincó de una inmensa alegría, y corrieron para dar la noticia a los discípulos que estaban encerrados y escondidos y en su carrera rumbo al cenáculo Jesús en persona las encuentra…

San Juan 21 nos habla de otras apariciones de Jesús a sus discípulos, de cómo hace que Pedro tenga una pesca milagrosa y de como hasta comió con ellos a la orilla del lago. También San Juan en el capítulo 20 es quien nos narra sobre el incrédulo Tomás.

San Lucas nos habla además de cómo Jesús se les apareció a los 2 discípulos de Emaus y les celebró otra Misa en su casa cuando sin saber que era él lo invitaron a pasar la noche en su casa.

La esencia del ministerio de Jesús no está en los milagros que hizo, ni en la historia de donde nació o se crio, la esencia de su ministerio está en su enseñanza del mandamiento del amor y en su pasión y resurrección.  Allí está lo más importante. Como dice San Pablo, si Cristo no hubiera resucitado nuestra fe sería vana, inútil, una quimera, y en cierta forma hasta un engaño.

Ningún otro fundador de ninguna religión en el mundo ha hecho lo que hizo Jesús, Dar esa magnitud de enseñanzas, de ejemplo, de vida, y sobre todo: dar voluntariamente la vida por sus discípulos, por todos los que lo aceptemos, y luego RESUCITAR no solo para vencer a la muerte de él y la de todos nosotros, sino para abrirnos las puertas del cielo y prepararnos una casa eterna con un lugar allí junto a El.