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Antes había amor entre nosotros pero ya no hay, se acabó…  Palabras tristes que a veces oímos en algunas personas...

Ayer meditábamos la primera frase de la oración de San Francisco, hoy meditaremos la segunda sobre ser sembradores del amor de Dios.

Muchos piensan que lo contrario al amor es el odio, pero no es así, lo contrario al amor es la indiferencia. Claro que el odio también va contra el amor pero hay un refrán muy cierto que dice que del amor al odio hay solo un paso, o sea que no están tan lejos uno del otro, y si no estamos atentos es posible pasar del uno al otro.

Hoy meditaremos sobre lo contrario al amor que es la indiferencia. El amor entre las parejas y las familias se pierde casi siempre porque la gente cae en la indiferencia. Deja uno de pensar en el ser amado porque nos arrutinamos y nos acostumbramos a ellos, entonces nos comenzamos a enamorar de otras cosas. No es que rechaces a tus seres queridos, sino que simplemente los vas olvidando poco a poco; ahora otras personas, proyectos o cosas te llaman más la atención y les dedicas más tiempo y esfuerzo.

En la oración de San Francisco le decimos a Dios: Que donde haya odio lleve (o siembre) yo tu amor…  Hoy vamos a pensar, ¿habrá alguna persona que me odia o resiente porque le he dejado de amar? ¿He abandonado en mi corazón a alguien de mi familia o amigos para irme tras otros amores de este mundo? Es imposible amar a todos de una manera especial, pero por lo menos debemos hacerlo con la familia de la casa y la familia de Dios en la Iglesia.

Y en cuanto a los amigos que me encuentro que tienen un odio contra alguien más, ¿puedo hacer algo yo con la ayuda de Dios para hacerle sanar ese odio? ¿puedo predicarle de Jesús y de los tantos beneficios que hay en el perdonar? ¿puedo dar algún ejemplo mío donde perdonando recibí la paz y el amor de Dios?

Amar a los demás es una decisión no una emoción. No esperes a sentir bonito por otro para amarlo; comienza a servirle y ya le estarás amando.

Dice la palabra de Dios:

1Juan 4,11 Queridos hermanos, si Dios nos ha amado así, nosotros también debemos amarnos unos a otros.

12 A Dios nunca lo ha visto nadie; pero si nos amamos unos a otros, Dios vive en nosotros y su amor se hace realidad en nosotros.

Si encuentras a alguien que odia trata de explicarle lo que dice la Biblia en 1Corintios13:1 Si hablo las lenguas de los hombres y aun de los ángeles, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido.

:2 y si tengo el don de profecía, y entiendo todos los designios secretos de Dios, y sé todas las cosas, y si tengo la fe necesaria para mover montañas, pero no tengo amor, no soy nada.

:3 y si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y aun si entrego mi propio cuerpo para tener de qué enorgullecerme, [1]pero no tengo amor, de nada me sirve.