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“Pero Padre, nos acaba de decir que cualquiera puede ser santo, hasta ya estaba comenzando a tratar de serlo…”

Muy bien. Vamos a explicar esto:

Ni tú ni yo ni nadie puede ser santo con sus propias fuerzas, nadie puede volar por sí mismo hacia Dios si Dios no lo eleva. En otras palabras, TODOS PODEMOS SER SANTOS PERO NO CON NUESTRAS PROPIAS FUERZAS; pero con las de Dios es que todos podemos.

Los dos temas anteriores que di sobre “Cualquiera Puede Ser Santo” han despertado mucho interés y preguntas en las pequeñas comunidades que tenemos en casas. Y qué bueno, me alegra esto, quiere decir que estamos aprendiendo, y qué bueno que hagan preguntas,  los que preguntan son los que más aprenden y recuerdan después lo aprendido.

Dios quiere que todos seamos santos, pero está nuestra debilidad carnal, esto nos hace ver y experimentar que yo solo no puedo ni quitarme mis debilidades y muchas veces ni siquiera dejar de pecar. Es solo con la gracia de Dios que todos podemos vencer al pecado y las tentaciones y comenzar una vida nueva en la Santidad de Dios.

Dice el libro de Imitación de Cristo:

2. Necesaria es tu gracia, y grande gracia, para vencer la naturaleza que tengo siempre inclinada a lo malo desde mi juventud. Porque la carne humana, vencida en el primer hombre Adán, y viciada por el pecado, hereda a todos los hombres la pena de esta mancha; de suerte que la misma naturaleza, que fue criada por Ti buena y derecha, ya se toma por el vicio y enfermedad de la naturaleza corrompida; esta debilidad nos induce al mal y a lo terreno. Pues la poca fuerza que le ha quedado al hombre, es como una centellita escondida en la ceniza. Esta es la razón natural, cercada de grandes tinieblas; pero capaz todavía de juzgar del bien y del mal, y de discernir lo verdadero de lo falso; aunque no tiene fuerza para cumplir todo lo que le parece bueno, ni usa de la perfecta luz de la verdad ni tiene sanas sus aficiones.

San Pablo decía Rom 7:14 Sabemos,  en efecto,  que la ley es espiritual.  Pero yo soy meramente humano,  y estoy vendido como esclavo al pecado.

Rom 7:15 No entiendo lo que me pasa,  pues no hago el bienque quiero,  sino el malque aborrezco.



3. De aquí viene, Dios mío, que yo, según el hombre interior, me deleito en tu ley, sabiendo que tus mandamientos son buenos, justos y santos, juzgando también que debo huir de todo mal y pecado. Pero con la carne sirvo a la sensualidad más que a la razón.

Así es también que me propongo frecuentemente hacer muchas obras buenas; pero si me falta tu gracia para ayudar a mi flaqueza, con poca resistencia vuelvo atrás y desfallezco.

Muchos son los que comienzan pero no todos perseveran en el camino de Dios. Me recuerdo de la parábola del sembrador en Mateo 13, 3ss Una de la semilla calló entre espinos. Al principio se prendió bien y comenzó a brotar, pero los espinos la ahogaron y la plantita murió y se secó sin poder crecer ni dar fruto.  Dice Jesús que estas son las personas que oyen la palabra de Dios, comienzan a crecer pero las distracciones y los apegos del mundo los ahogan, están llenos de actividades, trabajos, diversiones y ocupaciones que les ahogan su buen deseo de amar y servir a Dios con todo su corazón.