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Es
cualidad de los santos el estar siempre sedientos o hambrientos de
Dios. Nunca tienen suficiente de él, siempre quieren más y más. Y
es que una vez que estás enamorado de alguien no te quieres separar
nunca del ser amado.

Francisco
de Asís nunca tenía suficiente de Dios. Se dedicaba a predicar y
ayudar a los enfermos y los pobres, pero anhelaba pasar más horas en
oración de contemplación. Durante varias veces de su vida se
retiraba a las montañas y buscaba una grieta donde pasaba días en
oración y ayuno, buscando más y más de su amado.

De
hecho, varias veces quiso retirarse de la vida religiosa activa
(predicación, Pastoreo,
Formación de Cristianos, obras
de caridad) para irse a la vida contemplativa (oración,
contemplación, horas
y horas de amor
íntimo con Dios).

Algo
parecido le sucedió al santo Cura de Ars que era un sacerdote gran
predicador y convertidor de almas, pero siempre anhelaba retirarse a
un monasterio a dedicarse a la oración con Dios.

A
algunas personas Dios las llama a la vida contemplativa y a otros a
la vida activa, pero los activos debemos tener muchas horas de
contemplación, de dar amor a Dios y recibirlo de él. Dicen los
místicos que estas mujeres y hombres que se dedican a la oración
son los que le dan consuelo al corazón de Cristo que está tan
herido por los pecados y la indiferencia hacia él de la mayoría de
la humanidad.

Un
ejemplo muy claro de este amor lo tenemos en Jesús mismo que se iba
y pasaba las noches en oración con su Padre. El pobre no tenía
tiempo ni de descansar entre las muchas gentes que reclamaban su
atención y su necesidad de estar a solas con su Padre celestial, con
el amor de su vida.

Lucas
6:12
Por
aquellos días, Jesús se fue a un cerro a orar, y pasó toda la
noche orando a Dios.

:13
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce
de ellos, a quienes llamó apóstoles.

Mat
14:23
Después
de despedir a la gente, subió a la montaña para orar a solas. Al
anochecer, estaba allí él solo,

:24
y la barca con los discípulos ya estaba bastante lejos* de la
tierra, zarandeada por las olas, porque el viento le era contrario.

:25
En la madrugada,* Jesús se acercó a ellos caminando sobre el lago.

Marcos 1, 35
Levantándose muy de mañana, cuando todavía
estaba oscuro, salió, y se fue a un lugar solitario, y allí oraba.

Lucas
5, 16 Jesús
{con frecuencia} se retiraba a lugares solitarios y oraba.