El uso del silencio como castigo puede implicar una actitud manipuladora y agresiva. Utilizar el silencio como arma psicológica para castigar a alguien es una actitud infantil que no resuelve nada, porque aunque proporciona una gratificación egoísta para quienes lo aplican, deja un mal sabor, fomenta las malas experiencias y deja huellas en las relaciones de todo tipo.
Para descubrir este tema invitamos a Maria Eugenia Ricart, quien es Psicóloga Familiar y de Pareja especializada en crianza y comunicación positiva. @psic.mariaeugeniaricart
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