Son una de las cartas que le escribe monseñor Ramírez, vicario en Filipinas; aún joven sacerdote llamado Tomás, motivando a todos los sacerdotes a que construyan capillas de adoración perpetua.
En esta historia nos cuentan que, hasta dormidos, recibimos gracias del Señor, por eso te invito a que lo escuches.
DALE SEGUIR.