1952. Adele es una niña norteamericana que vive de forma lujosa en Santiago de Chile y estudia en un colegio de monjas. Allí conoce a la profesora Ethel Dowson, quien la invita a hacer labores sociales en una parte de la ciudad que no conoce, entre el vertedero y el orfanato. En sus visitas de los sábados, Adele conocerá a los rotos y a los revolucionarios; verá la pobreza y los prejuicios mientras los pertenecientes al partido comunista son sancionados y proscritos por la Ley de Defensa Permanente de la Democracia.