Sin un conocimiento básico de la profesión el ilustrador deja de ser protagonista para convertirse en comparsa, ese individuo que sólo ve y no participa del cambio porque no tiene idea de que aportar, le falta sustancia, saber de donde viene, para saber a donde ir, conocer tu profesión, no sólo es saber de software, técnica o tópicos relativos a la forma y olvidarse del fondo. Saber que antes de “mano auténtica hubo quien ya hizo lo mismo” pero con recursos limitados o diferentes en condiciones limitadas o diferentes, saber que antes del paso que estoy dando, alguien dio muchos más para que yo ande el camino que alguien empezó.