En La Ventilla hubo una peluquería que sólo recordamos ya los viejos. Maxi era el rey de Ailanto, era nuestro amigo, era un maestro fanfarrón y feliz, era el rock. Me acordé de él el otro día cuando volví a cortarme el pelo.
Kobos era ya muy bueno cuando llegó a Madrid con sus cuchillos japoneses, fue mejor cuando abrió una barra minúscula en su casa y ahora es incluso mejor en su nuevo local de La Latina.