Está muy bien lo de los buenos propósitos de año nuevo, pero ya te voy avisando que no va a salir bien si antes no coges una maza. De eso va mi carta de la primera semana del año: de quitarte de encima una rutina de mierda.
Pues claro que en Haranita me pasó lo mismo que me pasa en Nakeima: empecé comiendo sentado y acabé comiendo de pie y bailando. El nuevo local del equipo de los cuchillos brillantes es un fiestón, un sprint, un latigazo. Pide el bao de yema y champagne, que hay que empezar el año arriba.
