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Description

Llevo unos días en los que tengo que guardar silencio para escuchar al dolor. Y eso es bueno, porque significa que me habla bajito, que el dolor sólo es capaz de susurrarme. Vamos, que no me duele nada apenas. Ni nada nuevo.

Madrid crece sin parar y nos lleva a comer un poco más lejos del centro. Qué buenos comedores hay donde mira menos gente. Comemos en InPulso, que repasa el recetario de la capital con un punto de vista propio. Oreja, bocata de calamares y pepitoria.