En mayo viene bien volver a mirar las rutinas: porque parece que siempre nos pasa lo mismo, pero la verdad es que cada vez nos pasan cosas mejores. Te lo cuento en mi carta bajo un aguacero en Nueva York.
Ha reabierto Egg, que fue el primer sitio en el que desayunamos juntos y felices en Brooklyn. Todo está igual, incluso sigue habiendo ceras de colores para pintar en los manteles. No, todo está mejor.