Siempre es buen momento para confirmar, por carta, que soy un señor mayor feliz con sus costumbres. Ha llegado el frío y yo me he ido directo a la cajonera a por una cosa y sólo una.
Comemos en el Ibai, al que le pesa el nombre lo justo para saber de dónde viene, pero sobre todo tiene claro a dónde va. Un comedor sensato, sabroso, con todo lo que nos encanta comer en Donosti.