Perdón, que hoy te mando la carta un poco más tarde de lo normal. Pero es que aquí acaba de amanecer. Estoy en un lugar que no existe, o que de tanto soñarse a sí misma, ha acabado existiendo. Ahora mismo te lo cuento, salgo a correr por NYC.
Yo estaba convencido de que NYC se había convertido en una quimera hasta que el lunes me cené la mejor hamburguesa de mi vida y fue como hincarle el diente a un ideal. Como comerse un recuerdo que no existe.