Yo, que he renunciado a casi todos los objetos (no tengo apenas libros ni discos porque todo cabe en mi móvil), me vi sufriendo el otro día cuando vendí el coche. Hasta que asumí que los recuerdos se quedaban conmigo.
Me encanta ver las manos de los cocineros, por eso me fascinan los omakases. En Madrid acaba de abrir Toki, una barra para seis personas en las que se cocina, se disfruta y se aprende de muy muy cerca. La distancia de la mejor magia.