🔊📖🐓 EL CANTO DEL GALLO
🗓️ 8/6/2024
↪️ Sᴇʀɪᴇ: Sᴀ́ʙᴀᴅᴏs ᴅᴇ Cᴀᴍʙɪᴏ
Titulo: A PUERTAS CERRADAS
Charles Spurgeon dijo una vez: “a veces creemos que estamos demasiados ocupados para orar, este es un gran engaño, porque orar es ganar tiempo”.
La vida ajetreada que llevamos diariamente, nos consume tiempo y atención para cumplir compromisos y responsabilidades. Pero, también usamos tiempo para ciertas distracciones en encuentros, momentos con familia, amigos, deporte, y el uso de dispositivos que manipulamos habitualmente. Llegamos al final del día cansados, estresados tal vez, y no hubo encuentro con el Señor. Mañana será otro día: decimos…
En Mateo 6:6 Jesús nos insta a orar, dice: “cuando ores”; no dice: “si oras” … porque él espera que oremos. Dice: entra en tu habitación, en tu lugar, y cerrada la puerta ora al Padre, en secreto, a solas con él.
La oración es comunión secreta con Dios. Nadie que no ore en privado puede orar en público, porque eso sería hipocresía, y el Señor les había advertido a sus discípulos acerca de esa actitud de los religiosos del momento.
La vida de victoria del creyente está basada en el tiempo dedicado a estar a solas con el Señor mediante la oración y la Palabra.
No es lo más importante lo que decimos y cómo, sino considerar con quien estamos. Nuestra alma anhela ese encuentro: “como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti oh Dios el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? (Salmo 42:1-2).
🦌 La característica de este animal, del ciervo, es una debilidad en tener constantemente sed. Cuando eso sucede comienza a bramar (hace un gran ruido o gemido). Es un ruido interno que nace desde lo más profundo de sus entrañas porque necesita saciarse de agua. Y sabemos que el agua es fundamental para la vida. Por eso usa el salmista esta alegoría. Sed desde lo profundo de nuestra alma, sed por estar a solas con nuestro Padre.
Jesús ora. Se aparta para orar a su Padre: “Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo” (Mateo 14:23).
También: “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba” (Marcos 1:35).
Cuando oramos en medio del temor, El Señor se presenta como vemos por ejemplo en Juan 20: los discípulos cuando estaban “a puertas cerradas” luego de que habían recibido de parte de María Magdalena la noticia que había visto al Señor, a su maestro resucitado, Jesús se presenta, se pone en medio y les dice: Paz a vosotros. Ellos se regocijaron, él les muestra sus manos y su costado y vuelve a decirles: Paz a vosotros.
Pasan ocho días, Tomás no lo había visto y estando ellos otra vez a puertas cerradas (20) Jesús se presenta y les dice por tercera vez: “Paz a vosotros” Lo que ellos estaban necesitando. Su misma presencia, sus palabras de aliento y alivio.
Oremos en la adversidad, en la duda o aflicción y el Señor nos dice: Paz, te doy mi Paz, por el obrar del Espíritu para darnos confianza. Cierra tu puerta, ora, si es necesario llora, contempla a Dios, clama a él, derrama tu corazón, disfruta ese tiempo.
Aléjate del bullicio, busca un lugar adecuado, una hora específica del día. Cierra la puerta. Puedes tener una libreta de anotaciones, La Biblia abierta, considerando las promesas, los principios, los mandamientos y las alabanzas a su Nombre escritas en ellas. Da gracias por sus bendiciones, pide por tus necesidades; pide ser librado de caer en tentación; busca su dirección; pide perdón por tus faltas, que te ayude a perdonar también.
El desafío es a volver a la oración, tu carne y Satanás no quieren que ores. Somete tu cuerpo, somete tus ganas, y ora, ora sin cesar. Dios responderá, te recompensará, te hará crecer a semejanza de Su Hijo. Amén.
🖋️ Roberto Córdoba (Anciano Pastor - ICE La Punta – San Luis)
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