Listen

Description

🔊📖🐔 EL CANTO DEL GALLO

🗓️ 12/8/2023

SERIE: SÁBADOS DE CAMBIO ↪️

Título: Agua Viva

📖 Jeremías 2:13 “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua”.

Este versículo me parece muy interesante y nos deja una gran enseñanza.

Normalmente, leemos los versículos fuera de su contexto, y si miramos el momento en el que se dicen estas palabras, podríamos entender con más profundidad lo que Dios nos está transmitiendo. Pero podríamos profundizar todavía más al conocer la idiosincrasia del lugar, la cultura, la geografía, su forma de vida, etc.

Primero, deberemos responder algunas preguntas:

¿A qué se le llama agua viva?

Se le da este nombre al agua que fluye (río, arroyo, manantial, etc.), y por medio de esa corriente se va filtrando, oxigenando y purificando. Normalmente, proviene de precipitaciones o deshielo.

¿A qué se denomina agua muerta?

Se le da ese nombre a cualquier agua que queda estancada. La misma pierde oxígeno, es propensa a generar bacterias y hongos, y, al estar estancada, empieza a deteriorarse o degradarse.

¿Qué es una cisterna?

Una cisterna es un depósito para almacenar agua de lluvia o procedente de un río o manantial. El mismo debe permanecer sin filtraciones para evitar la contaminación o pérdida del contenido.

Pensando en la geografía de Israel y en su clima, podemos entender que alguien tratara de tener una cisterna en su casa. La misma podría ser llenada con la lluvia y utilizarse para riego, lavado de elementos, etc.

Pero sería raro imaginar que alguien utilizara esa agua estancada para saciar su sed.

Todos los que quisieran agua para beber debían acercarse al manantial y tomar de allí. Esto no era fácil para el pueblo de Israel, ya que no todos tenían el manantial en la puerta de su casa.

Dios deja en claro cuáles son los problemas, (el primero) le dejaron a Él, el manantial de Agua Viva, y (el segundo) cavaron cisternas que, encima, están rotas.

El primer problema nos habla del abandono de Dios, del agua fresca de cada día. El pueblo dejó de llenarse de Dios, de apagar su sed con Él y de que su ser se llene de la vida de Dios.

Pero ellos no se quedaron deshidratados; hicieron cisternas propias. El segundo problema nos revela el corazón del pueblo. Un corazón que busca un dios a su medida y conforme a sus deseos pecaminosos.

El pueblo no puede vivir sin agua, pero no quiere ir a buscar el agua viva. Es por eso que busca su propia agua que satisfaga la sed, aunque provoque malestar, enfermedad y, posiblemente, la muerte.

¿Viviste alguna vez esto?

Cuando estamos cansados, dolidos, angustiados, es cuanto más necesitamos ir a la fuente de agua viva. Pero es ahí donde el mundo nos muestra sus cisternas rotas, de agua contaminada, de agua muerta, para que sacies tu sed sin decirte lo que puede suceder con tu vida. Al principio parece refrescante y cumple la función de calmar la sed, pero luego te contamina por completo, te enferma, te inhabilita para seguir.

¿Cuántas veces vemos a personas con sus almas enfermas por beber del agua incorrecta?

Matrimonios destruidos, jóvenes llenos de adicciones, hombres inmorales y llenos de culpas, mujeres degradadas y sin valor. Todos bebiendo de cisternas rotas.

Jesús te dice hoy: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”. Juan 7:37-38

Dejá de beber del agua de muerte de este mundo. Dios te ofrece el agua viva hoy, no la rechaces.

Daniel Olivera (Merlo – San Luis)

🎶🎵 Agua Viva (La IBO)