Bendito” Pedro inicia esta carta con verdadera alabanza porque surge del conocimiento de Dios y Padre de nuestro Señor Jesús y de Su obra. Así debe brotar la alabanza de nuestros corazones al ver lo que el Padre de Jesús y el nuestro ha hecho; esta expresión de alabanza es una respuesta natural ante lo glorioso que Él es y lo que hace. La exposición diaria a las verdades de la Palabra deben producir esto en nuestras vidas.