Como veíamos la semana pasada, a través de la obra de Cristo, Dios nos ha hecho parte de Su familia y nos ha llamado a hospedar Su presencia. La iglesia es la institución que Jesús dejó en la tierra para dar a conocer Su gloria; debido a este llamado es imprescindible que la iglesia este realmente unida en el Espíritu. Cuando esto sucede se desata el poder de Dios y el enemigo pierde terreno porque se abren nuevas posibilidades para restauración y avivamiento.