Debido a la condición del hombre, todos necesitamos pasar por procesos de arrepentimiento para alinearlos nuevamente con Dios y así ser librados de la culpa y condenación que nos asedia y nos impide vivir en el gozo del Señor. Este fue el primer mensaje de Juan el Bautista, el primer mensaje de Jesucristo y el primer mensaje de los apóstoles.