Como congregación, al principio del año, el Señor nos dio esta preciosa promesa en la que nos confirma que de Su presencia vendrán tiempos de renuevo y de alivio para seguir adelante con el llamado y propósito que Dios tiene para nosotros como comunidad. El requisito es arrepentirnos de nuestros pecados y volvernos al Señor y eso es lo que estamos haciendo durante estos 21 Días de Consagración para ver cumplida esta promesa en nuestras vidas, familias e iglesia.