Ganga mantea unos productos, Trisha Hinge dio varias vueltas al arte conceptual y ahora vende ollas Essen por la calle. Es un vuelco no apto para espectadores muy sensibles. Candela argumenta a Trisha en clave keynesiana pero sus consejos de microeconomía rasgarán para siempre la fina tela en la que se borda el Once delicado.