Uno de los procesos que nos lleva al crecimiento y a la madurez espiritual, es por el poder del Espiritu Santo, despojarnos del pecado del viejo hombre en nuestra vida, renovar nuestra mente y revestirnos del nuevo hombre, creado en la santidad y justicia de la verdad. La ira y la amargura, estan ancladas a ese viejo hombre, por lo tanto debemos tratar con ellas de manera biblica y conforme a la palabra de Dios. El Señor nos ayude a traves de su palabra a examinarnos y marchar en dependencia de Él a vencer estos pecados en nuestras vidas.