Dice la palabra que los discípulos quisieron recogerlo a bordo y rápidamente la barca tocó tierra en el lugar a donde se dirigían, la barca es la vida de cada uno de nosotros, que mientras esta en el agua con los vientos encrespados y sin Jesús en nuestras vidas, vivimos infinidad de incertidumbres y temores, pero cuando Jesús sube a la barca de nuestra vida, tenemos una dirección clara hacia dónde vamos porque Él nos conduce y con El estaremos eternamente. Recibamos a Jesús como Nuestro Señor para que traiga el bien que solo Él puede darnos.