Una investigación en The British Medical Journal explica que las personas que tienden a comer más cosas procesadas tienen problemas de sueño, ansiedad y riesgo de padecer depresión.
La forma en la que el azúcar llega al cerebro es similar a la forma en la que llega el alcohol, la nicotina y otras drogas adictivas. Lo peor es que no termina ahí, el azúcar tiene un fuerte efecto en el sistema de recompensa que está asociado a la motivación, el placer y el aprendizaje, entonces si nos estamos llenando de glucosa vamos a tener graves problemas, más allá de las enfermedades que ya conocemos.