En este episodio reflexionamos sobre el llamado que el apóstol Pablo hace a Timoteo para que defienda la pureza del Evangelio frente a las falsas enseñanzas que comenzaban ainfiltrarse en la iglesia de Éfeso. Pablo, consciente del peligro que representan los falsos maestros, le recuerda a su joven colaborador que no basta con haber recibido una buena enseñanza: la sana doctrina debe ser cuidada, protegida y transmitida fielmente. Aun en medio de las dificultades,Timoteo debía permanecer firme, corrigiendo el error con autoridad y humildad, porque las falsas doctrinas no solo confunden, sino que dividen, generan disputas y debilitan la fe.
Pablo advierte que el enemigo nunca descansa y busca sembrar el engaño incluso dentro de las congregaciones, disfrazando la mentira con apariencia de verdad. Frentea eso, el apóstol llama a la vigilancia constante, al estudio profundo de la Palabra y a la obediencia al llamado de Dios, aun cuando implique sacrificio o incomodidad. Su exhortación trasciende el tiempo: también hoy vivimos días de confusión espiritual, donde abundan los mensajes distorsionados, el relativismo y las doctrinas que agradan a los oídos, pero alejan del Evangelio de Cristo.
Este texto nos invita a volver al fundamento de la fe, a la enseñanza de los apóstoles y profetas, con Cristo como piedra angular. Nos recuerda que servir a Dios no es una carga, sino un privilegio; que la fidelidad a la verdad es esencial para mantener la unidad del cuerpo, y que debemos ser valientes para corregir lo falso y afirmar lo verdadero. Porque solo la Palabra de Dios, vivida y enseñada con fidelidad, puede edificar la Iglesia y sostener nuestrafe en tiempos de engaño.