Solemos inmortalizar los momentos porque, al paso del tiempo, revivimos sensaciones. Una fotografía evoca una historia emotiva que en un momento es dulce y en otros, amargo. Las fotos se toman preparando el encuadre o de forma espontánea, de cualquier manera, logramos transmitir mensajes muy poderosos .
Algunas tienen un motivo, se hacen en los eventos más importantes de nuestra vida, otras, nos toman por sorpresa, haciéndonos presa de eso que llamamos emoción.
Muchas son las fotografías que han ganado el reconocimiento de la humanidad por su gran aporte a la conciencia.
Las tomadas en el campo de concentración en la II Guerra Mundial, por ejemplo, se grabaron en la memoria colectiva para cambiar el criterio de valores.
Las de la princesa Diana de Gales en el río Cena de París, cuando ocurrió su accidente mortal endurecieron las medidas para la protección de la imagen y privacidad personal.
Las tomadas a los niños en demasía tocaron conceptos nunca antes vistos como protección a la infancia de la explotación infantil o las fotografías mortuorias, incluso, que ya no se estilan porque, en la actualidad, se ven como algo grotesco que inspira miedo.
Sea cual sea la intensión de la fotografía, lo cierto del caso es que es un gran vehículo para ver con perspectiva los cambios sociales, los valores de una época que nos hacen sentir orgullosos a avergonzados.
En e-motions showroom, adoramos los primeros planos, en un encuadre instantáneo, sin poses, sin artificio para conocer la verdadera esencia del ser humano e invertimos en tecnología disruptiva para incluir la fotografía 3D en nuestro portfolio comercial.
En el próximo capítulo, hablaremos acerca del video, emociones en movimiento.