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Lunes 02/Octubre/2023
Devocional Mi tiempo con Dios

Acérquese a Dios

La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
Colosenses 3:16

Las cosas en este mundo no están mejorando. En momentos como estos siempre recuerdo un mensaje urgente en mi corazón, que mi Madre en tiempos de dificultad siempre me recordó: «Acércate más a tu Padre celestial, cultiva tu relación con Él. Si no lo haces, no te irá bien; pero si lo haces, verás el derramamiento más glorioso de Dios que jamás podrías imaginarte».

Ese mensaje, en la actualidad, no solo aplica para mí, es también para usted y para todo creyente sobre la Tierra. Estamos en los últimos días de la presente era. Cristo va a venir pronto. Es un tiempo emocionante, pero también es un tiempo peligroso. Los que no hagan lo que el Espíritu dice y no se acerquen al Señor irán de calamidad en calamidad. Pero los que lo hagan, vencerán las calamidades y las convertirán en cosas gloriosas, en el nombre de Jesús.

El primer paso para acercarse más a Dios es entender que a Dios se le conoce primero en su Palabra. El tiempo que uno dedica a meditar en el Nuevo Testamento es tiempo que dedica a Jesús; la mayoría de creyentes no se da cuenta de esto. En vez de conocer al Señor por medio de su Palabra, muchos tratan de hacerlo por los sentidos, y, por supuesto, eso no da resultado.

Para que el Espíritu Santo controle su mente es necesario que la Palabra predomine en sus pensamientos; con el tiempo, sus sentimientos seguirán el orden de las cosas.

Tenga presente que Juan 1:1 dice que Jesús es el Verbo, o la Palabra. Eso significa que cuando usted le dedica tiempo a la Palabra, le está dedicando tiempo a Jesús. Cuando la Palabra de Dios mora en usted en abundancia, Jesús también mora en usted en abundancia.

No vaya de calamidad en calamidad, sino que tome esas calamidades y conviértalas en algo glorioso, buscando la presencia del Señor y Su aprobación en cada paso que dé. Acérquese más a Jesucristo y a la Palabra de Dios para que el bienestar de caminar junto a nuestro Padre celestial, le guarde en estos tiempos peligrosos.

Oración diaria: Señor, Te doy gracias por tu presencia en mi vida. Has prometido que nunca nos dejarás ni nos abandonarás. Incluso en los días que son largos y nos hacen sentir cansados y vacíos, sabemos que no nos has abandonado. En los días en que nuestras circunstancias nos han consumido, tú nos sostienes y nos guías. Gracias por todo Señor, y que no se aparte de mi vida, Tu compañía, pues no necesito nada más para vivir en victoria, que caminar siempre de Tu mano.