Listen

Description

Jueves 24/Agosto/2023
Devocional Mi tiempo con Dios

Espíritu de valor

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
2 Timoteo 1:7

“¡No temas!” es una frase que se repite a menudo en las Escrituras. ¿Cómo la oyes en tu cabeza? ¿Es un mandamiento que parece inalcanzable o una tranquilidad reconfortante del Dios todopoderoso? Las Escrituras nos indican que no temamos, pues nuestro Padre celestial sabe que somos propensas a ello. Él dice que no temamos, porque siempre tiene un plan. Escucha las palabras reconfortantes de Isaías 35:4: “Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.’”

El temor es una respuesta humana natural, pero no es de Dios. El temor proviene del enemigo de nuestra alma. El perfecto amor de Dios confronta el temor, y acaban con él. Cuanto más confiamos en Él y en su amoroso plan, más vivimos sin temor. Dios quiere reemplazar nuestro temor y timidez con su amor, su poder y su autodisciplina. Alguna versión describe la disciplina personal como “las capacidades que tienen como resultado de una mente tranquila, equilibrada y autocontrolada”. ¿No te encanta? ¿Qué se puede comparar a vivir con una mente tranquila y controlada en lugar de hacerlo con temor?

Dios dice que Él no nos ha dado un espíritu de temor y cobardía. Eso no quiere decir que nunca sintamos miedo, pero vivir por su poder significa hacerle frente al temor. ¿Y si la próxima vez que el temor te llame respondes simplemente: “Dios no me ha dado un espíritu de temor y cobardía, sino de poder, amor y dominio propio”? Inténtalo. Solo tienes que pedir valor.

Oración diaria: Señor, dame el discernimiento y la madurez espiritual para entender completamente Tu promesa de librarnos de todo mal: El prometernos, no que caminaremos libre de obstáculos o adversidades sino el darnos la certeza de que Tu presencia nos acompañará y no nos dará nunca una prueba que no podamos superar. Que camine hoy y siempre en esa verdad Padre y que por ella pueda hacerle frente al temor, al miedo y a la angustia, cambiándolos por la confianza, la paz y la tranquilidad de saber que cuento contigo. Amén.