Miércoles 23/Agosto/2023
Devocional Mi tiempo con Dios
Fruto de la sabiduría
Escucha el consejo, y recibe la corrección, Para que seas sabio en tu vejez.
Proverbios 19:20
Salomón, el hombre más sabio de todos los tiempos, escribió a su hijo el libro de Proverbios. Agradecido al Señor por concederle la sabiduría que le había pedido para gobernar a su pueblo, Salomón quería impartir algo de ella a sus hijos. Lamentablemente, sabemos por las Escrituras que Roboam rechazó el consejo paternal de Salomón. No tenía el más mínimo deseo de seguir al Señor ni de ser guiado por los consejeros de Salomón. Y el Señor utilizó su necedad para dividir el reino.
Sin embargo, las sabias palabras de Salomón han hecho eco a lo largo de los siglos, y muchos se han beneficiado de ellas. Este versículo escogido para esta lectura enfatiza la importancia de recibir consejo e instrucción de otros que han aprendido por medio de la experiencia y del consejo de los demás. En el primer capítulo de Proverbios, Salomón escribe: “El temor del Señor es el principio del conocimiento; los necios desprecian la sabiduría y la disciplina” (1:7 NVI). Él también aconsejó a su hijo que escuchara a su predecesor, pues ese es el camino de los sabios. Los necios se niegan a escuchar y desprecian a los que intentan impartir conocimiento en un esfuerzo sincero por ayudar.
Cuando Roboam se enfrentó a una decisión importante, justo al comienzo de su reinado, fingió recibir el consejo de los ancianos, de aquellos que habían aconsejado a Salomón. Pero en lugar de tomar en cuenta su sabiduría, escogió prestar oído a sus colegas, que eran tan necios como él, para perjuicio suyo y de su pueblo.
Dar o recibir consejo son las dos caras de una misma moneda. Si nos piden que aconsejemos a alguien, somo necios si impartimos consejo fuera de la Palabra de Dios, independientemente de la edad que tengamos. Para ser sabio de verdad a la hora de dar consejo debemos entregarnos con sinceridad, y después hacernos a un lado, no obligar a quienes nos lo pidieron a que lo sigan. No somos responsables de cómo lo reciban los demás.
Recuerda: Consigue todo el consejo y la instrucción que puedas, para que seas sabio durante el resto de tu vida.
Oración diaria: Señor, concédeme cada día, un poco más de Tu sabiduría, de forma que pueda yo discernir Tu voluntad y tomar las mejores decisiones que me permitan avanzar en ella, siempre para Tu honra y para Tu gloria, y que de tal sabiduría pueda también dar consejo pertinente aquellos que me rodean, apoyado siempre en la perfección de Tu Santa Palabra.