Viernes 16/Febrero/2024
Devocional Mi tiempo con Dios
Ofrecer lo mejor al Señor
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Colosenses 3:23-24
Algunas personas se enorgullecen de dejarlo todo para más tarde. Podría parecer algo ilógico, pero vea tal vez encontremos estás dos posibilidades en un caso como ese: o bien disfrutan de la descarga de adrenalina cuando se aproximan las fechas límites o alcanzan el sentido de logro de una meta trazada, cuando un proyecto se acaba en el último minuto. Y es que en ocasiones, la pereza se halla en la raíz de la desidia, y es algo que nos aleja poco a poco de la presencia del Señor.
¿Qué habría pasado si Jesús hubiera sido desidioso y sumido en la pereza o falta de propósito? Las curaciones milagrosas, las enseñanzas que hacían estremecer la tierra, y el liderazgo de siervo habrían quedado relegados a un segundo plano ante las distracciones del día. Él no eludió las partes desagradables de su ministerio, sino que tomó la iniciativa de vivir cada día a pleno rendimiento, cumpliendo los planes que el Padre tenía para él.
Hoy, céntrate en las tareas más inmediatas. Ya sea en tu carrera, en casa, en la iglesia o en la escuela, da lo mejor de ti. Después de todo, Jesús no postergó su trabajo; vino a la tierra a cumplir la voluntad de su Padre, muriendo en la cruz por nuestros pecados. Merece lo mejor que podamos darle, no mañana, sino hoy.
Oración diaria: Señor, te ruego que me perdones cuando no siempre hago lo mejor que puedo, y mis esfuerzos caen en la pereza o la falta de propósito. Ayúdame a recordar siempre tu ejemplo de duro trabajo y seguimiento durante tu ministerio terrenal. Quiero vivir mi vida como tú lo deseas, seguir tu ejemplo, sirviéndote fielmente cómo sólo Tu lo mereces. Amén.