Martes 20/Junio/2023
Devocional Mi tiempo con Dios
Pasando la tormenta
No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
2 Corintios 4:18
Hay dos tipos de personas en el mundo: las que están atravesando una crisis y las que la atravesarán. En estos últimos tiempos, parece que encontramos más personas pasando por el primer caso.
Jesús, al final del Sermón de la Montaña, habló de dos hombres que construían sus casas. Uno construyó su casa sobre unos cimientos sólidos hechos sobre roca, mientras que el otro la construyó sobre unos cimientos inestables de arena.
Entonces Jesús dijo lo siguiente sobre ambas casas: «Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. […]» (Mateo 7:25). No es cuestión de si caerá la lluvia o soplarán fuertes vientos contrarios; es cuestión de cuándo.
Ojalá pudiera decir que llegaremos a un punto en nuestras vidas en el que todos nuestros problemas desaparecerán. En realidad, algunos problemas simplemente sustituyen a otros.
Peor aún, las tormentas pueden aparecer de la nada. Puede ser una dificultad. Podría ser ansiedad. Podría ser una tragedia. Pero es algo que llega muy rápido y tiene un gran impacto en usted.
A veces estas pruebas y dificultades en nuestras vidas parecen aleatorias, pero nunca lo son. Mateo 5:45 dice: «[…] para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.».
El apóstol Pablo escribió: «Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.»
2 Corintios 4:17-18
Las tormentas tienen un principio, un medio y un final. Pero algo saldrá de ellos: ¡Un Gloria inconmensurable!
No podemos controlar nuestras circunstancias. Tampoco podemos controlar lo que la gente nos dice o lo que dicen de nosotros. No podemos controlar todos los acontecimientos que se nos presentan, pero sí podemos controlar nuestra reacción ante ellos, si sabemos que Dios todopoderoso está vigilante y atento, en Su bondad y en Su amor, de cada uno de nuestros pasos.
Oración: Señor, concédeme una fe fuerte en medio de las pruebas y circunstancias adversas que enfrente, para que pueda ver la gloria que de ellas quieres traer a mi vida. Sé que todo de Tus manos obrará al final para mi bien Padre, pues deseas y brindarás siempre, todo lo que es de bienestar, de prosperidad y de fruto, para cada uno de Tus hijos.