Lunes 12/Febrero/2024
Devocional Mi tiempo con Dios
Que Está Obrando Siempre
Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.
Habacuc 2:3
¡La paciencia! Es el material del que está hecha la frustración. Y, sin embargo, es una virtud que el Señor espera hallar en abundancia entre su pueblo. En este mundo acelerado, queremos lo que queremos, y lo queremos ya. Nos negamos a tener que esperar. Y para la mayoría de las cosas no tenemos que hacerlo. Los microondas apuran el proceso del cocinado. Los restaurantes de comida rápida nos ponen la comida en la mano mientras pasamos volando por el auto servicio. El acceso a Internet nos proporciona un contacto instantáneo con personas, lugares y cosas por todo el mundo. Y los celulares nos dan la oportunidad de conectar con amigos a toda prisa.
¡Oh, si tan solo pudiéramos aprender el valor de aminorar la marcha, de esperar en la presencia de Dios! Echa otro vistazo a la lectura bíblica de hoy. Algunas veces, las cosas que aguardamos llegan lentamente. De manera similar, los planes de Dios pueden realizarse poco a poco, pero con toda seguridad acontecen a un ritmo constante. El Señor hará lo que afirma que va a hacer. No sabemos cuándo con exactitud, pero mientras esperamos, podemos ser hallados fieles.
¿Qué esperas hoy? ¿Te estás impacientando? Aplica el principio «lento, constante, seguro» y observa cómo trabaja Dios… en su tiempo.
Señor, estoy acostumbrado a que las cosas ocurran rápidamente, más aún, en medio de este mundo que, cada día, ofrece la velocidad sobre la calma y la prisa sobre la espera. A pesar de todo, estoy consciente de ello, y te pido que me ayudes a cultivar un espíritu de gratitud por las formas en que quieres enseñarme a tener confianza en Tus tiempos. Por ello, continúame dando la paciencia, Padre, y trae a mi memoria cada día que tu tiempo es el único que importa.