Lunes 19/Junio/2023
Devocional Mi tiempo con Dios
Sus grandes maravillas
Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros, No es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, No pueden ser enumerados.
Salmos 40:5
No me cabe dudas de que el amor de Dios ya ha tocado Tu vida, y Su Palabra de seguro ya ha alimentado, animado y elevado Tu Espíritu y Tu alma en los momentos de mayor dificultad, en esas circunstancias donde pensamos que hemos perdido el control y donde muchas veces la desolación y la incertidumbre roban nuestra paz.
Por todo ello, muchas veces queremos expresar lo que sentimos por el Señor, pero no hay suficientes palabras en nuestro diccionario que tal vez puedan resumir un poco lo que Él representa en nuestras vidas, y por eso la única manera de completar un verdadero agradecimiento por Su amor, Su cuidado y Su misericordia sin límites, es entregarnos cada vez más a la tarea de servirle y andar en los caminos que nos traza Su Palabra, pues son estos los pilares que fundan el carácter de aquel que agrada y glorifica a Dios.
El versículo de hoy, que enuncia un trecho del Salmo 40, nos indica la senda por la que podremos formar este carácter que honre y agrade al Señor. Esta senda está marcada por el agradecimiento y la alabanza que podemos resumir en una actitud sencilla pero poderosa cuando la ejercitamos a diario: que estés siempre agradecido al Señor por las maravillas que ha hecho por Ti, y que estés dispuesto a agradecerle por cada lucha que enfrentes sabiendo que eso significa que Él te está capacitando y cree en Tu potencial para ganar, para batallar y para conquistar la victoria. La conducta que despierta en Nuestro Padre Celestial un amor aún mayor por el hombre es la gratitud y el reconocimiento de que sólo Él es Dios, y que es Él la única garantía de la promesa eterna.
Así que, alégrate en tu Señor un día más, ahuyenta los malos pensamientos, desecha toda la depresión, todo lo que despierta en ti aquellos sentimientos que roban la paz prometida por aquel que todo lo puede: ira, vergüenza, desprecio, soledad, porque este tiempo ya no es el tiempo de sufrir, es el tiempo de cantar, de alabar, es el tiempo de vivir las promesas del Padre, es el tiempo de adorar a Dios, de darle gracias, de serle fiel.
Haz tuya la paz que sobrepasa todo entendimiento y que en cada día del camino, puedas experimentar un poco más de lo que el Señor ha puesto en tu corazón, sin miedo y sin mirar atrás.
Oración diaria: Señor, aunque muchas veces no perciba la forma como estás actuando en mi vida, sé que puedo tener la seguridad de que Tus pensamientos y Tus planes son los que realmente necesito. Por eso Padre, confío en ti y seguiré confiando todos los días de mi vida, incluso cuando en mi visión limitada y falible no le encuentre sentido a lo que esté pasando. Porque Tu todo lo sabes, todo lo puedes y sobre Todo Reinas Señor, y si camino de Tu mano sé que nunca estaré perdido. Gracias Padre por estar presente y sostenerme en toda circunstancia.