El Reino de Dios es un concepto central en la Biblia y en la fe cristiana, que representa el gobierno soberano de Dios sobre toda la creación y, de manera especial, sobre los corazones y vidas de aquellos que creen en Él. Este tema es mencionado tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento y fue una parte central en las enseñanzas de Jesús.
El Reino de Dios no es un lugar físico, sino la manifestación del poder, autoridad y voluntad de Dios en el cielo y en la tierra. Es la realidad espiritual donde Dios reina con justicia, paz y amor.
En el Antiguo Testamento, el Reino de Dios se revela a través de la soberanía de Dios sobre Israel y sobre las naciones. Vemos ejemplos en:
Dios prometió a su pueblo un Rey justo y eterno, el Mesías, que establecería un reino sin fin.
Jesús proclamó el Reino de Dios como el núcleo de su mensaje. En el Nuevo Testamento, el Reino de Dios está presente y futuro:
Jesús enseñó que para entrar en el Reino de Dios:
La Iglesia representa una manifestación del Reino de Dios en la tierra. Es el lugar donde los creyentes adoran, crecen espiritualmente y llevan las buenas nuevas del Reino al mundo.
El Reino de Dios tendrá su cumplimiento total cuando Cristo regrese, derrote el mal y establezca un reino eterno lleno de justicia, paz y gozo.
El Reino de Dios es la esperanza viva de todo cristiano. Como creyentes, debemos vivir en obediencia, anunciar el Evangelio y esperar con gozo la venida de nuestro Rey, Jesucristo.