La historia de Jacob luchando con un ángel se encuentra en el libro de **Génesis 32:22-32**. Esta es una de las narraciones más misteriosas y significativas del Antiguo Testamento, donde Jacob, el hijo de Isaac y nieto de Abraham, tiene una experiencia sobrenatural antes de reencontrarse con su hermano Esaú, a quien había engañado muchos años antes.
En la historia, Jacob se encuentra solo en la noche, después de haber cruzado el arroyo Jaboc con su familia. De repente, un hombre aparece y lucha con Jacob hasta el amanecer. Aunque el texto se refiere inicialmente al "hombre", después se da a entender que es un ser celestial, generalmente identificado como un ángel o una manifestación divina.
Durante la lucha, el hombre toca la cadera de Jacob, dislocándola, pero Jacob se aferra a él y le pide una bendición antes de dejarlo ir. El hombre le pregunta su nombre, y cuando Jacob lo responde, el hombre le dice que a partir de ese momento su nombre será Israel, porque ha luchado con Dios y con los hombres, y ha prevalecido.
Jacob nombra el lugar donde ocurrió el evento **Peniel**, que significa "el rostro de Dios", diciendo: "He visto a Dios cara a cara, y mi vida ha sido preservada" (Génesis 32:30).
Este evento simboliza un cambio radical en la vida de Jacob, marcando el momento en que pasa de ser conocido por su astucia y engaño a convertirse en el padre de las 12 tribus de Israel, el pueblo de Dios. La lucha también puede interpretarse como una representación de las luchas espirituales que enfrentan los seres humanos en su relación con Dios.