La promesa del Espíritu Santo es un tema central en la enseñanza cristiana y se refiere a la promesa de Jesús de enviar al Espíritu Santo como Consolador, Maestro y guía espiritual para los creyentes.
Juan 14:16-17
"Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros."
Hechos 1:8
"Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra."
Hechos 2:1-4 (El día de Pentecostés)
"Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados. Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen."
La promesa del Espíritu Santo sigue vigente para todos los creyentes, quienes pueden experimentar su presencia a través de la oración, la comunión y el estudio de la Palabra de Dios. La manifestación del Espíritu Santo puede traer consuelo, sabiduría, dones espirituales y la capacidad para vivir una vida conforme a los propósitos de Dios.
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