España lleva ya tiempo librando su propia guerra, en este conflicto no hay países externos, ni siquiera hay partidos políticos aunque la contienda sea por el poder. En un lado de la refriega, las mujeres de la política Española, en el otro, los hombres de la política. No digo los varones porque desde hace meses, cuando la patrona de los bares empezó a arremeter contra el líder de su partido y contra todos los del sexo masculino, se abusó tanto de la dichosa palabreja, que hoy día, el sólo oírla me provoca náuseas. Los machos y las hembras de la política, o los cabrones y cabronas, que viene significando exactamente lo mismo, y si alguien lo duda que consulte el diccionario, son capaces de formar bandos de su mismo género, aún siendo de distinta ideología, con tal de machacar al sexo opuesto.