No solo se abrieron las puertas de la cárcel, sino que se produjo salvación de toda una casa.
(Hechos 16:31). Eso debe suceder con nosotros para asegurar que nuestros hijos sigan adelante con una visión de Reino y no tener una estructura basada en buenas intenciones. Estamos en una dimensión única, lo natural está sometido bajo lo que se dictamina en el mundo espiritual.