En Rut hubo firmeza para ir hasta lo último. “No dijo más, se quedó callada”.
Ella venció la maldición de ser moabita, la maldición de la viudez, el temor de ir a un pueblo que podría rechazarla inmediatamente por ser moabita, ella tuvo que vencer la amargura de su líder, pero miremos su final, cómo termina el libro de Rut 2:2-3 “Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallaré gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía. Fue, pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que aquella parte del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec.”