Mariana y José Claudio comparten un espacio doméstico, pero viven en mundos distintos. Él está anclado en un silencio terrible y testarudo, una coraza de orgullo que lo lleva a rechazar la protección de su esposa.
José Claudio es un hombre agresivo y herido que utiliza su ceguera—que irónicamente le parece una condena, ya que tiene "salud de roble, [pero] sin ojos"—como un muro de contención, lanzando injurias certeras desde muy atrás.
En este clima aparece Alberto, el cuñado. Mariana encuentra en él no solo el cariño o el consejo, sino un refugio.
La ceguera del marido, para Mariana, es una especie de "protección divina" que le permite vivir ese momento de goce y temor.
Pero es en los objetos cotidianos donde reside la verdad más dura. Los pocillos son seis, modernos e irrompibles. Mariana había decidido que solo usaría tres.
El quiebre final es magistral. José Claudio, el ciego que no quiere ver la realidad de su vida, quiebra el ritual que Mariana había establecido.
Pero para eso van a tener que escuchar el cuento y no dicen, que les parece.
Mario Benedetti nació en 1920 en Paso de los Toros, Uruguay. Hijo de una familia modesta, se crió en Montevideo y desde joven trabajó de todo: taquígrafo, vendedor, periodista. Ese contacto con la vida común como la oficina, la calle, los amores tímidos y las charlas de café y se convirtió en el corazón de su literatura.
Su obra tiene más de 80 libros entre poesía, cuentos, novelas y ensayos. Y aunque fue un autor comprometido con la política y la justicia social, tuvo que exiliarse durante la dictadura uruguaya, lo que más conquistó al público fue otra cosa: su manera de poner en palabras lo íntimo, esa mezcla de ternura y melancolía que hace que un verso suyo parezca escrito para vos.
Gracias por el fuego, La tregua, Montevideanos, y poemas como Te quiero o No te rindas lo convirtieron en la voz de una generación… y de todas las que vinieron después.
Benedetti murió en 2009, en Montevideo, rodeado del cariño popular. Hoy se lo sigue leyendo porque no hablaba de grandes héroes ni de epopeyas: hablaba de lo que nos pasa todos los días, con una honestidad que desarma.
Gracias por escucharnos y por los likes,
Disfruten!!