No sé como gestionan (gestionan: linda palabrita empresaria que
ahora se aplica a las emociones). No sé cómo gestionan, digo, los demás, toda
esa información que nos llega, diariamente. No sé como harán los demás pero a
mi cada vez me aflige más pero, curiosamente, me dura menos.
Los cascotazos de la realidad nos habrán quitado la
capacidad de asombro?
No sé.
Un ratito por el canal France 24 y te enterás de todos los
pueblos en guerra del mundo, hoy, ahora, con muchas muertes, pero muy lejos de
acá y con niños en el medio.
Otro ratito por los diarios digitales y la cantidad de
mujeres muertas en manos de su pareja, por día, en todos lados y acá también, y
siempre con niños en el medio, escandaliza.
Una vueltita por las redes y ves a los que se mueren por
torpes o por imprudentes o por atrevidos o por deportes extremos. (O sea, por
pelotudos). Y también pienso en sus niños. Sumale que, en estos casos, un nene
va a contar, a lo largo de su vida, que su mamá se murió sacándose una selfie
en un acantilado o que a su papá no se le abrió el paracaídas.
Nos informamos sobre miles de muertes, evitables, por día;
nos condolemos con lo que tendrán por vivir esos niños que no sabían que la
gente se muere y nos conformamos con una frase contradictoria: Así es la vida.
Así es la vida?
Qué locura, no?
Me parece que toda esa información se gestiona indiferentemente,
entre comillas, porque es, prácticamente, nada lo que podés hacer.
Porque, salvo que seas el Papa o la Reina de la
Vendimia y pidas una cadena de oración
por la paz del mundo, sólo te queda ver las noticias como si fuera un
documental sobre vida silvestre.
Pero hay noticias que me impactan un rato largo y duran más.
Son, por ejemplo, las que alguien te confía sobre su salud y algún mal pronóstico.
Ahí aparece eso que creés
que podés hacer: estar cerca, acompañar, escuchar.
Aunque tampoco haya nada que hacer.
(Por qué será que estamos tan presentes y tan atentos en las
malas?)
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#asíeslavida
#muertesevitables
#mundoenguerra
#indiferentes