“El sexo matutino ofrece varios beneficios para la salud y el bienestar, - dice la nota que acabo de leer - incluyendo la mejora del estado de ánimo, la reducción del estrés, el fortalecimiento de la conexión de pareja y la mejora de la salud cardiovascular. Además, puede aumentar la autoestima, mejorar la calidad del sueño y liberar endorfinas que actúan como analgésicos naturales. Las erecciones matutinas son un proceso natural y saludable que indica un buen funcionamiento del sistema nervioso, la circulación sanguínea y los niveles hormonales en el hombre.”
Parece ser que en estos tiempos hiper productivos, hay que hacer “eso” a la mañana, antes de ir a trabajar, sin previa, con mal aliento y levantándote de un salto y manoteando la ropa como si hubiera llegado el marido, sólo porque es bueno para la salud.
Señores, el mañanero no vale.
El “mañanero” sólo contaría como un impulso genuino si se viniera de una noche de “partuza”. Hacerlo solamente porque un apéndice externo tomó la decisión de madrugar, no es técnicamente deseo.
Mirá si tu pareja supiera que, como dice el artículo, la vejiga llena también puede estimular los nervios que llevan a una erección temporal. ¿Se sentiría halagada?
Si la cosa pasara simplemente por la erección, no habría hombres que se esconden para tomar la pastillita mágica porque hay mujeres que consideran que la pastillita apareció porque el deseo ya no alcanza.
Gran error.
Hasta el prospecto advierte que sin deseo la pastillita no funciona.
Ahí tenés. ¡El viagra es más honesto que la erección matinal!
La mística de la noche, del deseo y de todos sus parsimoniosos y embriagadores demonios ya no son tendencia.
Desde la noche de los tiempos, nunca nadie tuvo sexo pensando en su salud.
Al contrario.
Igual que con el vino. ¿Quién lo toma porque lo dijo Favaloro?
Ahora, de las ganas de la otra parte, el artículo no dice nada.
