Hay algo más inoportuno que alguien necesite contarte un problema justo cuando estás tratando de resolver un tema?
Viste que si hay algo difícil de definir es qué es lo importante para cada uno.
Ok. “Lo que para uno es trapo para otro es bandera” dice el refrán.
Un viejo profesor de Estética nos decía que en la vida era imprescindible distinguir entre tema y problema.
Tema es algo que podés resolver en cualquier momento y no te impide seguir con la vida. Problema es algo que si no lo resolvés, no podés seguir.
Y si a cada tema lo convertís en problema, estás en problemas.
El que necesita hablar de su problema, para poder sacar el monstruo de adentro no acepta un “ahora no puedo” por respuesta.
Y no le alcanza como argumento que vos estés dudando entre irte a la guardia de la veterinaria o esperar a lado de la perra más vieja que tenés a ver si pasa de esta noche.
No le alcanza porque los males de amor son temas convertidos en problema y porque soy su amigo y soy yo el que lo tengo que escuchar porque él está en caída libre y medio en pedo.
– Me voy para tu casa y te “hago pata” con la perra.
– No! Qué te vas a venir desde el centro hasta acá, son casi las 2, le dije.
– Ella está saliendo con otro, me dijo, con una voz catastrófica.
– Dale, venite….le dije
(Upala… bue)
No aprendemos más, me dije.
Los amorosos andan como locos, solos, llorando porque no salvan al amor, dice Sabines en un poema.
Conocen ese poema? Es muy áspero.
Nos describe a todos, en algún momento de esos.
Se los dejo, a continuación, en un audio aparte, por si lo quieren escuchar, en algún momento de esos.