Listen

Description

No quisiera irme de este mundo sin poder ver cine inglés sin leer esos subtítulos que traducen la mitad y mal.

O, por lo menos, saber que decían las letras de los Beatles.

Ok. Con ese cursito que hago por internet, no creo que lo logre a tiempo.

Pero igual, hacer ese cursito me hace sentir bien.

Es genial como está armado. Es como un juego.

Arrancan de lo re básico, te enseñan un poquito y te examinan y vos tenés que ir acertando y avanzando.

Ponés que “yes” quiere decir “sí” y llueven papelitos y aplausos. Te arengan, te estimulan, te dan un montón de oportunidades y te hacen conocer el sabor del éxito. Y qué bien se siente el éxito!

(para los mediocres, éxito es una mala palabra, sospechosa, pero ese es otro tema)

Pero parece que hasta esta aplicación tiene una paciencia con límites.

Si te gastaste todas la vidas que te regalaron sin ningún mérito previo, aparece un cartel que dice: Fracasaste. No lo estás haciendo bien. Volvé a intentarlo desde el principio. Vos podés!

Guau. No les importa si me he pasado la vida escuchando que el fracaso no existe, que es un aprendizaje. Te la sampan sin eufemismos.

Es que es así. Los fracasos son fracasos. Y no es una mala palabra. Es exactamente una descripción de un momento.

La palabra es maravillosa, el problema lo tiene el participio Fracasado, usado como sustantivo o, peor, como adjetivo.

Decir de alguien que es un fracasado o pensarlo de uno mismo es muy denso.

Fracasar en algo o en mucho, solamente, debería engrosar el anecdotario de tu vida.

Tenerle miedo a la palabra o “hablandarla” con esos argumentos del “coucheo” (para los que perder es ganar, sufrir es crecer y una vida de mierda es un maravilloso reto), tenerle miedo al verbo fracasar o negarlo te enajena de la realidad. Te impide desmenuzar las variables de ese fracaso para saber cuánto de responsable fuiste o cuánto de inevitable tenía.

Qué se yo.

Porque no analizar esas variables del fracaso te puede hacer perseverar en el error.

(Convengamos que perseverar es una palabra virtuosa sólo si la coronás con el éxito. Si no lográs el éxito te volvés un simple insistidor. Nadie te va a poner como ejemplo).

Pero bue, a lo mejor, tengo que darle ACEPTAR a esa opción paga y con más vidas que me da el cursito de inglés y seguir disfrutando de los papelitos y los aplausos después de cada éxito.

(Darnos palmaditas en la “cascoteada” autoestima, nunca es poca cosa).