“Todos nuestros operadores están ocupados, pero aguarde en
línea y será atendido en instantes”.
Definime instantes, por favor!
“Tiempo breve, casi imperceptible”, dice la wiki.
El sábado denuncié una compra que yo no hice, en dólares, en
mi tarjeta. Una chica con acento caribeño me sugirió un bloqueo preventivo y
que el lunes lo comunicara en mi banco. Ok, gracias, dije.
Qué rápido y qué práctico y qué lindo que es todo, hoy!
También me dije.
Milito eso de que el tiempo no se gana ni se pierde. Está
ahí, transcurriéndonos.
Te guste o no te guste.
Hacer nada, no es perder el tiempo.
Ver una serie, no es perder el tiempo.
Estar tirado en un sillón con el celu, tampoco.
Trabajar no es ganar tiempo, al contrario.
Es ocupar mucho tiempo para ganar plata y no tener tiempo
para gastar toda esa plata, dicen.
Pero estar todo el día marcando un mismo número y siguiendo
las mismas instrucciones y tratar de seguir con las cosas del día con el celu
en la mano y esperando a que te contesten y que no te contesten es desalentador. Es la metáfora del fracaso. Pior!
Es regalarle tu día al que no se lo merece.
Porque tu cabeza estuvo copada y ocupada por una tarea tan
imbécil y tan poderosa que no te dejó hacer otra cosa que pensar en eso y sólo
eso.
En la fila de un trámite te podías leer medio libro y veías,
de reojo, que, de a poquito, ese suplicio iba a terminar. No hay plazo que no
se cumpla. La fila avanzaba. Hasta podías conocer gente. O encontarte una cara
conocida y decirle: “Discúlpeme, no le había reconocido: he
cambiado mucho”. ( Frase genial pero no es mía, lamentablemente. Es de Oscar Wilde).
Estos tiempos homebanking y aplicaciones y todo online son
maravillosos. Pero si algo se sale de protocolo, respira profundo.
Ya no se ve el cartel ese de “Atendido por sus propios
dueños”.
Y putear a los pobres pibes del telemarketing es hasta de
mal gusto.
.
.
.
#aguardeuninstante
#oscarwilde
#telemarketers
#ganareltiempo
#perdereltiempo
#regalareltiempo